Mantenimiento preventivo del coche para evitar averías

A medida que nos acercamos a la temporada vacacional, es muy probable que nos estemos preparando para un viaje prolongado, para varias escapadas cortas, o para ambas situaciones. Son planes en los que seguramente contaremos con nuestro coche para desplazarnos allá a donde tengamos pensado disfrutar de un tiempo de ocio y la mejor opción es realizar un mantenimiento preventivo de tu coche.

 

Dependemos de nuestros vehículos casi todos los días, pero si hay un momento en que una avería puede arruinar nuestros planes y los de nuestra familia es en este de vacaciones. Sin embargo, conocer las causas más comunes de averías en el automóvil puede ayudarnos a prevenir mejor la necesidad de llamar a una grúa. Un buen mantenimiento preventivo de nuestro coche puede ahorrarnos tiempo y dinero al evitar averías graves y costosas.

 

Aspectos a tener en cuenta en el mantenimiento preventivo 

 

Tener un automóvil es un gran compromiso financiero. Un vehículo necesita la carga regular de gasolina y aceite para funcionar, así como un mantenimiento preventivo en una larga lista de sistemas y piezas para que el sistema trabaje correctamente. Los neumáticos deben mantenerse a la presión adecuada. La batería debe permanecer cargada. Es necesario reemplazar los limpiaparabrisas. Los faros se pueden fundir. Las luces traseras necesitan ser reemplazadas. La lista sigue y sigue.

 

Sin embargo, existen formas de reducir los costos de mantenimiento y reparación durante la vida útil de un vehículo. Cuando se cuidan cuidadosamente los elementos esenciales de un vehículo, pueden pasar años sin que se necesite una reparación importante.

 

 

 

Filtros y aceite 

 

Los cambios de aceite regulares protegen los pistones y evitan que el motor se sobrecaliente. A medida que el aceite se calienta y se vuelve a enfriar una y otra vez, se forman acúmulos de aceite en el motor. El aceite calentado se transforma con el tiempo, lo que da como resultado un aceite espeso y pegajoso que se adhiere a las piezas y se acumula en áreas críticas. Esto hace que el motor retenga el exceso de calor y se dañe con el tiempo.

Podemos evitar la acumulación cambiando el aceite en los intervalos recomendados en el manual del propietario. Si hemos comprado un automóvil usado, o si no hemos sido diligentes con los cambios de aceite en el pasado, nuestro vehículo podría beneficiarse de un tratamiento de lavado del motor. Un mecánico experimentado puede determinar si un automóvil necesita un tratamiento de este tipo antes de su próximo cambio de aceite.
Al mismo tiempo debe sustituirse el filtro, que acumulará impurezas junto a aceite viejo. Este consejo se extiende a los restantes filtros de nuestro vehículo. 

 

El estado de los neumáticos 

 

Es muy importante consultar el manual del propietario y ajustar las presiones según sea necesario, para adaptarse a las diferentes velocidades y cargas de la forma en que se usa el automóvil.

 

El impacto en la acera puede dañar las paredes laterales y el neumático de las ruedas. Ambos casos pueden resultar en fugas lentas.

 

Al verificar la profundidad de la banda de rodadura, hay que buscar un desgaste desigual de los neumáticos; las ruedas pueden estar desalineadas, lo que puede causar un desgaste desigual.

 

Cuidado también con la rueda de repuesto. Un repuesto gastado o plano no será de mucha utilidad en una emergencia.

 

Verifiquemos también que el gato y las herramientas de extracción de ruedas estén en buenas condiciones y que la llave o herramienta de extracción sea accesible. Es bueno asegurarse de haber sacado el gato y las herramientas del coche al menos una vez cada, para asegurarse de que todo funcione correctamente y que esté todo allí.

 

La batería 

 

Los problemas más comunes con la batería son causados ​​por terminales y conexiones de abrazadera en mal estado o por una pérdida de voltaje, a menudo causada por el uso constante en viajes cortos sin recargas regulares. Hay que asegurarse de mirar la batería con regularidad para verificar si hay corrosión.

 

Es importante prestar atención a las señales de agotamiento que pueda presentar nuestra batería. Si se nota un arranque más lento del motor, esto suele evidenciar que estamos ante una batería lejos de su mejor momento y debe considerarse sustituirla. Una batería que sobrepasa el final de su vida útil puede llegar a ocasionar averías graves en el sistema de arranque.

 

Líquido de frenos 

 

Con el tiempo, el líquido de frenos absorbe humedad, haciendo que sus propiedades físicas cambien y vaya perdiendo eficacia. También ocurre que el agua absorbida favorece la corrosión de los conductos del sistema. Por esto es muy importante cambiar de forma periódica el líquido de frenos.

 

Si los frenos han sido dañados por el desgaste o la corrosión, pueden causar serios problemas al conductor. Un mecánico experimentado puede revisar los frenos para detectar desgaste y distorsión, evitando así problemas más graves y averías más costosas.  

 

Sistema de iluminación

 

Es recomendable comprobar de forma periódica el funcionamiento del sistema de iluminación, en concreto controlar adecuadamente la altura del haz luminoso y mantener la superficie exterior de los faros limpia. Esto ayuda a prevenir situaciones peligrosas en la carretera por falta de una visibilidad óptima.

 

Hay que tener en cuenta que las lámparas componentes de este sistema reducen su intensidad con el tiempo y el uso, y se recomienda cambiarlas cada 2 años.

 

 

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